Brasil

Activistas en Brasil han podido volver a manifestarse libremente por las calles de la ciudad anfitriona de la COP30 para pedir medidas contra el cambio climático tres años después. La gran marcha, que reunió a miles de personas, fue este sábado y estuvo liderada por representantes de pueblos indígenas.

Decenas de manifestantes indígenas bloquearon la entrada del recinto de la cumbre COP30 en Brasil el viernes por la mañana, realizando una sentada que obligó a los delegados a utilizar una entrada lateral para reanudar las negociaciones sobre el cambio climático.

Mientras funcionarios y activistas se reúnen en la ciudad brasileña de Belém para la COP30, la cumbre climática de las Naciones Unidas, la localidad de Soure, al otro lado del agua en la isla de Marajó, presenta un singular medio de transporte sostenible: los búfalos.

Tras tres años consecutivos de negociaciones climáticas organizadas por regímenes autoritarios, el regreso de la cumbre de cambio climático a una democracia no podría llegar en un momento más decisivo. Cuando los líderes mundiales se reúnan en Belém para la COP30 a partir de esta semana, lo hacen en un país que ha desafiado tanto el autoritarismo como el colapso ambiental, un recordatorio de que la democracia triunfa donde el despotismo destruye.

Tras semanas de travesía desde un glaciar en los Andes hasta la costa tropical de Brasil, una embarcación con decenas de líderes indígenas atracó el domingo 9 de noviembre en Belém para asistir a la cumbre climática COP30.