Deportación

Atados por completo, sin posibilidad de moverse durante horas. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) de nuevo es objeto de críticas por la implementación de un dispositivo de inmovilización corporal completo conocido como WRAP durante los vuelos de deportación, que en ocasiones duran hasta 16 horas.

El presidente Donald Trump lanzó una agresiva campaña de control migratorio al asumir el cargo en enero, con el respaldo de su base republicana. Sin embargo, a medida que Trump aumentó los arrestos, incluyendo a muchas personas sin antecedentes penales, el apoyo a sus políticas migratorias ha disminuido.

Apenas tres horas de avión separan a Ciudad de México de Miami, en el extremo sureste de Estados Unidos. En esta ciudad costera fue detenido por el ICE ―la agencia migratoria estadounidense― el 12 de mayo Jesús Muñoz, un ciudadano de origen mexicano. El viaje de deportación a su país de origen no debería haber llevado mucho más que tres horas de avión. Pero Muñoz se vio envuelto en la política antimigratoria de Trump, y acabó siendo enviado, junto con otros siete extranjeros, a Sudán del Sur.

Kilmar Abrego García, el inmigrante salvadoreño cuya deportación errónea de Estados Unidos a su país de origen le convirtió en símbolo de la dura política de expulsiones de Donald Trump, ha sido detenido de nuevo este lunes por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en sus siglas en inglés) cuando acudía a una cita en los tribunales de inmigración en Baltimore (Estado de Maryland) sobre su caso. Su abogado, Simon Sandoval-Moshenberg, ha denunciado que Abrego, de 30 años, podría ser expulsado de nuevo, esta vez a Costa Rica o a Uganda.